Los Nieva’, ‘Los Cuero’, ‘Los Correa’, ‘Los Vergara’, ‘Villa Lenis’, ‘Los Leones’, ‘Los Mora’, ‘Los Canizales’, ‘Los Ávila’, ‘Domitila’, ‘Trinidad’, ‘Los Brand’, ´Los Vásquez’, ‘Los Luna’, ‘Los Cervera’, ‘Los Prado’, ‘Los Olave’ y ‘Oliveros’, son nombres históricos de familias del corregimiento de Rozo, Palmira, pero también de callejones o trochas que -alguna vez- construyeron para acceder en caballo a sus viviendas.
Esos 27 callejones que existen en Rozo, corregimiento del Occidente de Palmira, quedaron marcados con los nombres de sus tradicionales familias; pero hoy, son extensos tramos de caminos en cuyas orillas se asientan nuevas familias que han construido sus viviendas con voluntad y esperanza.
Sin embargo, habían padecido durante años el mal estado de estas vías sin pavimentar, como si en ellas se hubiera detenido, por siempre, el tiempo de los callejones y los caballos.
Son esas mismas familias las que ahora agradecen al alcalde Víctor Ramos el cumplimiento de la promesa para que, al cabo de los años, puedan disfrutar de callejones pavimentados, en los que ahora cabalga la transformación y el progreso. Nuevas vías de acceso, construidas en su totalidad con el sello de la fuerza de voluntad de una Administración que cumple lo que promete.
Habla la gente de Rozo
Así lo hace notar, por ejemplo, Jorge Eliécer Núñez Andrade, para quien este callejón era intransitable cuando llovía “era un barrialero, mucho barro, si uno venía en carro tenía que lavar hasta la sala, porque había mucho barro, pero gracias a Dios hoy vemos que lo que ha hecho el alcalde Víctor Ramos que es una realidad, estamos con él en todo lo que podamos apoyarlo, porque es una persona que realmente ha hecho las obras que ha prometido”.
Igual concepto tiene Luz Amalfi, heredera de los ‘Oliveros’ y vecina del mismo callejón ‘Los Nieva’. “Me parece, dice ella, que tan excelente obra, es una obra increíble … chévere, muy chévere. La verdad que sí se le agradece bastante su intención (se refiere al alcalde), los hechos, que son lo más importante”. Al final, Amalfi Oliveros invocó a Dios para bendecir al alcalde y “que siga adelante con todas las obras”. Es un hecho, por los callejones de Rozo ahora cabalga el desarrollo y el progreso, con equilibrio social.