Mientras caminan el recorrido, recordando anécdotas y puntos de hidratación como si fueran paradas en una línea del tiempo, surge inevitable el nombre de Víctor Ramos. No como una autoridad, sino como un igual. Como uno más del grupo. Como el hombre que cuando era gerente del Imder sembró una idea que parecía una locura: hacer una media maratón de talla internacional en Palmira.
“Él fue el que se la jugó”, dice Nacho. “Nos reunimos aquí mismo, ¿te acordás, Víctor Hugo? Y Víctor, con esa mirada suya de soñador con argumentos, decía que íbamos a tener una carrera grande, que iba a venir gente de todo lado. Y le creímos.”
Víctor Hugo asiente. “Pero más que eso, nos dio un lugar. A los veteranos. A los que estábamos desde antes, cuando correr era un acto casi invisible. Nos dio voz y nos hizo parte.”
Hoy, Víctor Ramos es el alcalde. Y la carrera que ayudó a crear como gestor deportivo ahora crece bajo su liderazgo como mandatario. El sueño sigue corriendo, más fuerte que nunca. Y Nacho y Víctor Hugo lo saben. Lo sienten. Porque ellos no han visto la historia desde afuera. Ellos la han escrito con los pies.
Una generación de atletas con historia
Y si hablamos de huellas imborrables en las pistas y calles de Palmira, es imposible no mencionar a Víctor Hugo Morales, otro nombre que marcó época. Contemporáneo de Nacho y Víctor Hugo, hizo parte de la Selección Palmira Valle y Colombia desde categorías juveniles.
Víctor Hugo fue un fondista veloz y técnico, especialmente en pruebas de pista como los 800 metros planos, 1,500 metros y, sobre todo, los 3.000 metros con obstáculos, donde dejó su marca como uno de los mejores del departamento. También se destacó en las pruebas rápidas de calle, compitiendo por el Valle en múltiples campeonatos nacionales y departamentales. Al igual que Nacho y Víctor Hugo, José Fernando Muñoz, hizo del atletismo no solo una disciplina, sino una forma de vida.
Diez ediciones, dos almas y una ciudad que los abraza
En estos diez años, Nacho y Víctor Hugo han corrido con sol, con lluvia, con calambres, con alegría, con lágrimas. A veces delante de miles, a veces entre los últimos. Pero siempre, siempre, con la frente en alto. Y con el corazón en Palmira. Acompañados de Reinaldo Nieto y Diego Restrepo son los pioneros del atletismo en Palmira, “Esta carrera también es nuestra. Porque aquí están nuestras huellas”, dice Víctor Hugo, señalando un tramo del recorrido donde hace unos años lo animó un niño que ni siquiera conocía.
No están aquí por nostalgia. Están por compromiso. Por respeto. Por amor a un deporte que les dio identidad y propósito. Cuando se detienen frente al arco imaginario de la meta, se miran y sonríen. Ya lo han ganado todo, aunque no tengan medallas de oro.
Porque cuando Palmira corra este domingo, no solo lo hará con sus campeones de élite, ni con los jóvenes promesa, ni con los corredores recreativos. También lo hará con Nacho y Víctor Hugo, y con todos aquellos que hicieron del atletismo una historia digna de ser contada.
